Lo cierto es que en la redacción tenemos a unos cuantos enfermos (entre los cuales me cuento) que tienen debilidad por los hombres pelirrojos. También es cierto que, aun siendo pelirrojo, nunca me había fijado en el príncipe Harry con lúbricas intenciones. Es más, sus numerosas apariciones en prensa (que si fumando hierba, que si disfrazado de nazi, que si en pelotas en una habitación de Las Vegas) no contribuían a hacer de este hijo de la Gran Bretaña un hombre mínimamente interesante.
Hasta que, un día, Hilde me envió esta fotografía:
La foto iba acompañada de un escueto «Creo que Harry merece un El hombre y la barba». Y estoy totalmente de acuerdo con él. Porque resulta que nos habíamos olvidado por completo de que, a veces, el muchacho se deja la barba. Y, oiga, muy bien.
Bien, muy bien. De hecho, para mí, mucho mejor que su hermano.
¿Veredicto? Definitivamente, mejor con barba: aquí está la diferencia entre el niño y el hombre, Harry.
Esa es la diferencia entre El Niño y el Chulazo bajabragas
Coincido al 348% con este comentario.
Cut o uncut?
Yo creo que cut.
Póngame dos de esos! Sin queso!
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